Y ahí en medio del kaos estoy yo,
llena de miedo, llena de inquietudes y deseos, llena lamentablemente de ti.
Llena de todas las penúltimas veces que juramos que sería la última.
Llena de preguntas, llena de tanto, que ya no se bien de qué.
Llena de decepciones.
Llena de todo eso que parece que no va a abandonarme y no hablo sólo del dolor, hablo del color de sus lunares, de los matices que tuvo este amor, de las miles de veces que lo quise arreglar, sin saber que a veces no tiene solución, a veces hay que aceptar y aprender, que no se trata de olvidar, simplemente caminar.
Llena de una vida caótica que no elegí.
Porque no, no elegí su traición, ni una familia lejos de lo normal, ni la traición de una hermana, ni tener que ignorar a quién te dio la vida.
Llena, y pesa, y cuesta.
Llena de su sonrisa con otra, llena de apariencias que nunca sabré si son algo más.
Llena de mentiras que rompen, que abren una herida todos los días.
Llena de pasos sin sentido, llena de melodías que recorren mi mente.
Llena de lugares, de sonrisas.
Llena de momentos con personas que serían para siempre y quizás lo sean; porque el tiempo me lleno también de lecciones y una de ellas es que hay para siempres que atraviesan dimensiones y se está aunque no, y no se ve, pero se siente.
Llena de ganas escondidas, llena de una sensación que nunca podré explicar.