Hacía mucho tiempo que esta sensación recorría mis manos.. esta sensación de volver a escribir, de volver a liberar eso que esta preso en mi interior. No se si el motivo de no haberlo hecho antes es el miedo; miedo a aceptar que todo ha sido una gran mentira, que he sido protagonista de una obra de teatro sin saber que lo era, ocultándome capítulos, pero sin entenderlo, seguí.
Hasta ahora.
Hasta ese momento en el que descubrí que nadie cambia, que por mucho que lo intentes, no. Que ni todo el amor del mundo puede llenar un alma vacía.
Activaron una bomba en mi interior que pronto detonaría.
Siento que crece dentro de mi, ocupando cada rincón. Siento que cada día es uno menos, que en cualquier momento todo explotará.
Y no se si me aterran las cenizas que podrán quedar o que todo se vuelva tan vacío. Porque me acostumbré a cenar con judas y a hacer el amor con el lobo. Porque me acostumbré a que todos mis sueños fueran pesadillas.
Y más rápido que nunca aumentan mis ganas de correr tan lejos de todo esto, de poder agarrar el guión y arreglar todo este desastre.
Pero aprendí que huir del huracán no arreglaría nada, que alfinal después de tantas decepciones, lo mejor será esperar.
Esperar a que explote para sentir el calor de la verdad, para reaccionar.
Porque sabes que tarde o temprano, pasará.
Y sentada mirando el horizonte cierro los ojos e imagino como hubiera sido todo teniendo una vida normal. La perfección no existe, tampoco la necesito.
Simplemente se trata de la necesidad de paz, para poder ser, para poder sentir, para volar lejos sin mirar atrás.