Aquel instante donde esas palabras se clavaron en mi corazón, donde el tiempo empezó a sentirse pesado.
No es real, pensé, mi amor no es cierto...pero sí.
Te fuiste.
Creí tener algo tan auténtico, que lo cuidé como un tesoro, pero quien me iba a decir que serías tú quien me lo robaría.
Desde ese instante me hiciste ver que elegías tu vida sin mi y me tocó aceptar que lo que un día vi imposible hoy era una cruda realidad.
Te has ido desde entonces, con aquella decisión y aunque durante mucho tiempo sentí que seguías aquí conmigo, solo soy yo quién te ha retenido.
Desde entonces la vida duele más.
Ya lo entendí, no te puedes quedar donde solo miran atrás de vez en cuando, para saber si sigues ahí.
Que dolor tener que admitir que donde te sentiste hogar solo fuiste un breve alojamiento, fácil de reemplazar.
El peor sentimiento es la decepción, se lleva toda la esperanza, esa que siempre fue mi motor.
Te llevaste lo mejor de mí.
Te fuiste y contigo mis ganas de creer más en ti. En todos esos momentos que crei reales, todo eso que para tí, se repite en todas tus historias y en la mía, siempre será inigualable.
Tú si fuiste especial para mí, tú sí.
Mi alma inconscientemente llega a creer que un día todo volverá, que nada es lo que parece, pero es tan difícil creer en quién fue capaz de romperme en todos los sentidos, sin contemplar la posibilidad de que eso me marcaría, para siempre.
Te fuiste.
Te fuiste pero puedo sentirte en el silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario