martes, 17 de junio de 2014

Lo importante para alguien puede ser insignificante para otros.

Cada día abrimos los ojos y seguramente que en lo primero que pensamos
es en eso que nos paseaba por la mente la noche anterior.  Miramos hacia arriba,
nos giramos hacia un lado de la cama y buscamos una solución la cual no tiene respuesta.

Detrás de cada suspiro hay una reflexión, hay una palabra que no dijimos quizás por miedo, hay un te necesito o un no puedo más.

Continúas, te vistes y sales, empieza un nuevo día, nuevos pensamientos, nuevos intentos que probablemente no funcionen o no sean importantes, pues lo que para ti puede serlo para otros no.

Nos pasamos la vida desperdiciando segundos, contando billetes en vez de estrellas, preocupándonos por ese personaje televisivo y no por crear nuevas sonrisas, nuevos sueños..

Dejamos que cada día sea uno menos en vez de ser una nueva oportunidad, cada día se va restando en nuestro calendario y no parece preocuparnos pues lo importante no es aprovechar cada instante sino desperdiciarlo...

Y cuando nos atrevemos a intentarlo, a parece el miedo y muchas veces dejamos que se apodere de uno mismo y nos rendimos con facilidad.

Lo importante de intentarlo es darse cuenta que algo hizo que creyeras y por ese algo debes de seguir, porque se lo debes por ser el creador de tus sueños, por ser esperanza en días de desilusión, por ser luz en tu oscuridad.

Mucha gente piensa que hay cosas en la vida que quizás ya no existen o nunca han existido, porque miran a su alrededor y no ven sino falsedad, mentiras y falsas promesas, pero ¿en tus sueños están esas experiencias ajenas? No.

Tus sueños son la única esperanza, la única forma de cambiar eso por lo que has llorado, por ello no puedes desistir, no puedes dejar que nadie destruya tu forma de pensar, ni tu forma de ver la vida, porque quién  intenta derribar tus iluciones es porque no es capaz de superar sus miedos.

No te permitas tener un día para rendirte porque cada día cuenta...

No hay comentarios:

Publicar un comentario