domingo, 25 de diciembre de 2016

A veces uno sabe que se va a estrellar, y acelera.

Hay palabras que no son balas pero que de igual forma hacen huecos.

Como esa locura que acorta mi vida, que me deja sin aliento, que me obliga a concentrarme para poder comer, esa contradicción que me mata lentamente.

Nunca podrá experimentar esto, porque yo nunca podría hacerle daño.

Dos personas dentro de una, cuando tras una pantalla es el más fuerte y en persona baja la mirada, cuando se sonroja y no puede evitar dejar de abrazarme.

Es cruel, manipulador y mentiroso.. y yo soy la culpable de mi sufrimiento, mereciendo el golpe por no esquivarlo, sabía que sólo yo saldría mal de todo esto, pero este estúpido corazón aún creía en esos ojos que hablan.


Llegar al punto en el que tus días son eternos y solo esperas algo que nunca llegará, porque no asumo que él..nunca cambiará, él no es quien parece ser...él es mi huracán, mi tormenta, por la que paso cada día, la que arrasa y me corta las alas.

Al que le di el poder de arruinar mi vida o hacerla inmensamente feliz.. el error que cometo mil veces.

Él que no mide sus palabras, que no le importa destruirme mil veces, quien es capaz de todo y le da igual las consecuencias, él que es capaz de hacerme esto, cuando yo le he dado todo.

Él que huye cuando sabe que lo ha vuelto a hacer, porque es un cobarde y nunca dejará de serlo.

Pero a veces.. sabemos que nos vamos a estallar y aceleramos.

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