Y cuando vez la realidad, entiendes y aprendes. Abres los ojos y vez tan claro lo que parecía invisible..
Él se ha ido, continúa pero sigue lamentándose viviendo esa vida, enamorando mentiras y yo.. me quedé para poder superarlo, me quedé para intentar entender porque a veces hay que dejar ir al amor de tu vida.. para entender que es verdad que él no me merece, para saber de una vez, que nunca me quiso; y ojalá no tuviera todos esos renglones que leo cada vez que pienso en él, porque es una dosis letal de veneno, un veneno que duele, que atraviesa, casi tanto como cada palabra y cada acción hacia mi.
Quizás la gente no sabe que se puede asesinar sin tocar, no saben que él me mato tantas veces que aprendí a revivir en cada una de ellas, que aprendí a esquivar sus balas y a construir mi escudo.
Aprendí a vivir con ese dolor, porque eso es él para mi.. un dolor constante en mi corazón.. una herida que no tiene cura y supura, una herida que el tiempo la hace más profunda, una herida que dejará una huella imborrable .
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