Quizás yo me quede encerrada. Atrapada en tí, en todo eso que esperaba, segura, sin dudas.
En pausa, observando como la vida puede continuar sin un nosotros.
Te miro a lo lejos y aún recuerdo que se sentía estando cerca, quizás sea porque vives dentro de mí.
Suspiro.
Suspiro cada día esperando así soltarte.
Mi alma está contaminada de tí casi no puedo ver quién soy ahora. Quizás tenga que aceptarlo, soy otra.
No quería. Me robaste la alegría.
Suspiro buscando maneras de dejar de amarte.
Suspiro pero siento que cada instante duele más, cada intento, cada despedida fingida, no podré irme ni en mil vidas.
No es cierto, me has llevado a un desierto, esto no es el firmamento.
Suspiro y cierro los ojos, devuélveme mis sueños.
Nada de lo que estaba prometido se cumplió, quizás sea verdad y perdiste el rumbo pero ya no seré yo quién te guíe a encontrarlo. Estás dando vueltas en un círculo y me has amarrado para verte girar. Solo quería sacarte de la oscuridad pero cuando la luz te alcanza, huyes de la claridad. Te aterra la verdad, tu vida está llena de máscaras. Un disfraz que oculta su miedo e inseguridad. Mil caras y ninguna muestra de sinceridad.
Infinidad de cenas, lujos, personas de prestigio pero cuántas almas vacías incapaces de llenarse.
Yo era humilde pero mi corazón era millonario y me quedé sin nada para dártelo a tí. Y ahora mi alma está vacía de amor y llena de dolor. Y en tus manos mi mayor posesión.
Suspiro pero no encuentro abrigo que me quité el frío de estar sin tí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario